
Rosenzweig señala que el destino de la diversidad biológica planetaria dependerá en gran medida de cómo seamos capaces de rediseñar y manejar los paisajes culturales, de modo tal que éstos puedan brindar un apoyo de tipo funcional a los tradicionales esfuerzos de conservación de biodiversidad que se realizan en los sistemas de áreas silvestres protegidas.
Resultaría muy interesante aventurarse en dicho planteamiento ("Ecología de la Reconciliación"), en términos de impulsar en Chile central, escenarios de conservación in situ (áreas silvestres protegidas) en integración con buenas prácticas de manejo en la "matriz productiva". Lo anterior, no sin además seguir esforzándonos fuertemente en la creación de nuevas áreas silvestres protegidas del Estado (SNASPE) donde resulte altamente prioritario.
Sin lugar a dudas todo un reto, especialmente si sabemos cuán representadas se encuentran estas formaciones vegetales en el SNASPE (sólo un 2% de su superficie total). Ausentes del Sistema están entre otras formaciones mediterráneas, el Matorral Espinoso de las Serranías, el Bosque Espinoso Abierto, el Matorral Espinoso de la Cordillera de la Costa y el Bosque Esclerófilo Maulino. Con menos de un 5% de su superficie total representada se encuentran entre otros; el Matorral Espinoso del Secano Costero e Interior y el Bosque Esclerófilo Costero.
De Bosques, Matorrales, Paltos y un Buen Vino
Actualmente en el tapete está la discusión en torno a la posibilidad de habilitación agrofrutícola sobre ciertas situaciones "degradadas" de bosque esclerófilo.
Al respecto, interesante es revisar y seguir el caso que toma lugar en California, EE.UU. sobre un conflicto similar; la habilitación vitivinícola en áreas de distribución natural de roblerías (Oak woodlands). Un comité formado por propietarios privados, agencias de gobierno, científicos y ONG's está recientemente iniciando un trabajo, en un lugar que pudiera parecer a primera vista, inverosímil; los paisajes de viñedos de Napa y Sonoma, en California. Inverosímil, porque no se pensaba que en tal territorio - con altos niveles de conflictos de intereses (empresarios vs conservacionistas) - se pudiera plantear una lógica de ecología de reconciliación. Hoy, ambos sectores están sentados en torno a la misma mesa.
Dicho lo anterior, en varias oportunidades me he planteado la necesidad de revisar y trabajar este concepto, bajo una aplicación real. ¿Será posible?, ....me surge la duda, pero creo que al menos debemos intentarlo. ¿Porque no?
.....Casablanca, el Maipo, Cachapoal y el Tinguririca, y lo que va quedando de sus bosques, nos esperan.